viernes, 12 de octubre de 2012



Comunicar malas noticias

Para nuestra profesión es muy importante el apoyo emocional que se le debe brindar al paciente  debemos ser hábiles al a la hora de dar malas noticias sino puede generar un sufrimiento añadido innecesario en la persona que recibe la noticia y un deterioro en la relación sanitario-paciente.

En muchas ocasiones, a la hora de abordar estas situaciones, el profesional de la salud suele tener miedos e inquietudes pues, durante su etapa de estudios en la facultad ha recibido una formación
en el binomio salud-enfermedad desde una enfermedad totalmente biológica desatendiéndose, por tanto, las habilidades de comunicación. para  definir “mala noticia” es mucho más difícil ya que calificar una información de buena o mala depende de quién reciba la información, es decir, es algo totalmente subjetivo, debemos encontrar el momento adecuado y la manera adecuada para dar la noticia.
Para dar una mala noticia se debe tomar en cuenta todos los factores que influyen en el paciente como:
a)    Factores socioculturales
Juventud, salud, riqueza y bienestar son los principios fundamentales de la cultura. Su estilo de vida si es apropiado.
      b) Factores del usuario - paciente
La “mala noticia” depende en muchas ocasiones del impacto que causará en el paciente. Muchos pacientes asumen con total naturalidad su diagnóstico el cual para el profesional de la salud podría resultar muy difícil de sobrellevar.
      c) Factores del personal sanitario
Constituidos principalmente por los temores que experimentan los profesionales sanitarios ante las eventuales repercusiones que la comunicación de una mala noticia puede desencadenar en la relación profesional – paciente.

También es importante la personalidad del facultativo, su capacidad de empatía, su forma de expresarse, el entorno donde se encuentre a la hora de dar la noticia y la claridad con que lo haga, serán determinantes para sus oyentes y su reacción. Pero aunque el médico sea un experto en dar este tipo de noticias es muy importante conocer al paciente o a los familiares a quienes se les está comunicando un resultado. Hay que tener en cuenta la edad de los interlocutores, el conocimiento previo de la enfermedad, sus creencias religiosas o incluso su nivel cultural. También hay que ser conscientes de que, aunque el paciente tiene derecho a saber qué le pasa, hay muchos que no quieren saberlo, y esto puede dificultar hablar de posibles tratamientos o intervenciones posteriores.







No hay comentarios:

Publicar un comentario